Tuesday, November 20, 2012

Anillo

Hoy perdí una pequeña parte de mi ser.  

El día en que cumplí los doce años, mis padres me llevaron a una tienda de antiguedades.  Allá el en parqueadero encontré un anillo de oro, talla cuatro, bien chiquito aún para mis deditos de niña.  Mi papi les avisó en la tienda y llamó también a la policía local, y puso un anuncio en el periódico del pueblo.  Me dijo que después de un mes si nadie había venido por el anillo, iba a ser mío.  De hecho, recibimos una sola llamada.  Me pasaron el teléfono.  Una señora mayor había perdido una pulsera de rubíes.  Ella me dijo que no era la dueña del anillo perdido, pero que agradecía mucho el esfuerzo de devolver algo de valor a su dueño.

Por un tiempo, el anillo estuvo atado en un calcetín debajo de la cama de mis padres.  De vez en cuando, lo sacaba y lo probaba en el meñique porque no me entraba en el dedo anular.  Cuando cumplí los 16 años, mis padres me llevaron a una joyería a cambiarle el tamaño para que lo pudiera llevar.  Me lo ajustaron y me lo puse. 

Llevo dos décadas con ese anillo.  Me ha acompañado en las peregrinaciones urbanas de Nueva York y de Chicago y de Barcelona.  Juntos hemos hecho el Camino de Santiago.  Aprendí a ser profesora.  Di luz cuatro veces con el anillo puesto.  Con él en la mano, he aprendido a manejar, a coser, a escribir a máquina, y a traducir libros.  El anillito me ha acompañado a diario, en varios apartamentos, en varias casas que han sido mi hogar.


Perdí hoy una parte del anillo, y decidí dejarlo ir. Quería tener su libertad, y para decir la verdad, lo entiendo. 

Today I lost a small piece of me. I found a ring in a parking lot of an antique mall on my 12th birthday. My parents put an ad in the paper and we told the store about the find. It was size 4, too small to fit even my pre-teen hand. No one claimed it, so after a month, Dad had it sized and then let me keep it. I've been wearing that ring now for a couple decades. When I was single, I counted on it to make me look unavailable in order to get myself out of occasional unwanted encounters. It's witnessed cultural divides, life in Barcelona and New York City, a decade in small town Indiana, a new start in a bigger town in Indiana, some peaceful protests and civil disobedience, four home births, a decade of breastfeeding. That little ring has helped me learn to type, to sew, to drive, to play guitar. Together we've walked across Spain and written a dissertation on medieval miracle poetry, graduated outdoors in sunshine and in rain, moved about 30 times, and picked up some languages along the way. Today one of the tiny diamonds fell out somewhere in one of the three buildings on campus where I taught today. I looked half-heartedly for about 10 minutes, but my baby was waiting and needed to nurse. So I'm letting it go because with age I am accepting that we can't hold on to anything too tightly. That diamond wanted freedom and I understand.

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